jueves, septiembre 16, 2010

Despedida de Padre Ricardo Latorre

El obispo de San Rosa, monsenor Mario Aurelio Poli, presidió una misa en la catedral local para despedir al presbítero Ricardo Latorre Canizares, a quien el superior del Instituto Servi Trinitatis dio un nuevo destino pastoral.

“Hace 15 anos vino a nuestra diócesis junto al presbítero Antonio (Martínez Racionero) y pasó todo este tiempo sirviendo pastoralmente a las comunidades de la iglesia catedral, María Auxiliadora de Toay y Lourdes. Entregó anos jóvenes de su ministerio y lo hizo generosamente”, destacó.

El prelado pampeano dijo que “me toca a mí agradecer a Dios su paso por nuestra humilde diócesis y agradecerle al padre Ricardo (Latorre Canizares) las entregas pastorales que le conocemos, aunque suele ocurrir que las ocultas y silentes son muchas más, sólo conocidas por Dios”.

“Estoy seguro que mucha gente hubiese esperado una despedida como se lo merece quien ha dado tantos anos a La Pampa, pero tuvimos que aceptar su estilo discreto y humilde. Entró por la puerta de ‘servicio’ y salió por la misma sin ser notado”, indicó.

Monsenor Polti subrayó que “la historia de la evangelización de nuestra provincia cuenta en su acervo con una constelación de nombres de sacerdotes, consagrados y laicos misioneros, que dieron lo mejor de sí para anunciar el Reino. El nombre del padre Ricardo (Latorre Canizares) se suma ahora a los hermanos que no sólo han querido entregarnos el Evangelio, sino su propia vida”.

“!Gracias padre Ricardo (Latorre Canizares)! Qué nuestra patrona Santa Rosa de Lima y la Virgen de Luján te cuiden y amparen siempre, y que puedas hacer mucho bien donde vayas”, concluyó.


No tuve el gusto de conocer al P. Ricardo personalmente; sí a través de comentarios de amigos y gente conocida. Todos coincidían en lo mismo: un GRAN sacerdote. Lamento profundamente los hechos acontecidos en el pasado -de público conocimiento- y la consecuente persecución desatada contra él y P. Antonio.- Pero bueno, Dios sabe ... y bien que sabe!!!! Quiera Dios enviarnos nuevamente sacerdotes como el, "verdadero hombre de Dios". Es lo que la Iglesia y nosotros, los fieles, necesitamos.
Cordialmente. Claudia N. Marrero de Buteler

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